viernes, 25 de noviembre de 2011

BOSQUE DE MANGLAR





La antigua sede de la Aduana en la ciudad de Barranquilla es el espacio escogido por el artista Germán Botero (1946), para una nueva intervención escultórica hecha con madera, que el artista recoge en las playas cercanas en este caso las de Salgar y Puerto Colombia. Maderas de formas sinuosas, ricas texturas y diversos colores, de especies nativas como el carreto, el ébano o el trupillo, que los ríos que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta llevan al mar y que después de un tiempo a la deriva arriban a las playas del Caribe, son tomadas por el artista e instaladas en sus proyectos.  El conocimiento cercano del artista con el entorno Caribe, donde vive gran parte de su tiempo, le ha permitido ir incorporando a sus proyectos de arte ambiental, materiales que además de permitirle soluciones formales, aluden a la problemática ecológica de la tala de árboles en la Sierra Nevada de Santa Marta. 

En su proyecto más reciente “Madreagua” (2010), desarrollado con el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo y Parques Nacionales Naturales en la Ciénaga Grande de Santa Marta, le permitió un conocimiento directo de ese entorno y de las poblaciones palafiticas de Nueva Venecia, donde el mangle es el centro de la vida local. Los grandes bosques de manglar protegen a las poblaciones construidas sobre el agua de mareas altas al romper las corrientes y olas, suministran el sustento al ser la incubadora de peces y moluscos, además de proveer el material para cimentar las viviendas de los lugareños, que se levantan sobre resistentes estacas de mangle.

En Bosque de Manglar (2011), instalada en la Plaza de la Biblioteca Publica Piloto del Caribe en la antigua Aduana, el artista recrea una banda de mangle construida con la madera de playa, palos y troncos amarrados y ensamblados crean una estructura que evoca los mangles secos, de la vía Santa Marta Barranquilla, y que rememora uno de los desastres ecológicos más grandes de nuestro país. Con la construcción de la carretera Ciénaga–Barranquilla (periodo 1956–1960),se cortaron los vasos comunicantes de agua del mar con la ciénaga, además de otras intervenciones, durante la década de los 60 y principios de los 70, el flujo de agua del río Magdalena hacia el sistema fue interrumpido por la construcción de carreteras (como la de Palermo-Salamina); La suma de todo lo anterior trajo como consecuencias impactos negativos en las condiciones ambientales del sistema (incremento de la salinidad en los suelos de manglar y cuerpos de aguas internos) y derivado de ello en los recursos como bosques de manglar (pérdida de aproximadamente 285.7 km 2 de bosque a 1995) y la pesca (pérdida de biodiversidad y mortandades masivas de peces)[1]. Los efectos sobre los recursos del ecosistema, por la intervención humana es lo que nos traslada el artista de manera muy estética pero también real al confrontarnos con un desastre ecológico del pasado, para mantenerlo vivo en la memoria, recordándonos que estos errores no se pueden repetir.

Germán Botero viene desarrollando estas intervenciones con madera de playa en Colombia desde el año 2006, en la Quinta de San Pedro Alejandrino y ahora en el antiguo Edificio de la Aduana, instalaciones en lugares emblemáticos donde se confronta la riqueza de nuestro patrimonio cultural material frente al patrimonio natural, quizás en la sugerencia de un equilibrio entre ambos que permita un desarrollo sin necesidad del deterioro ambiental, una búsqueda de equilibrio que nos sugiere que solo de esta manera se logrará la sostenibilidad del planeta.

JAVIER MEJIA
Curador
Barranquilla, Noviembre de 2011


[1] CORPAMAG, Ecosistema Ciénaga Grande de Santa Marta. Consultado en http://www.corpamag.gov.co/index.php?Itemid=103&id=115&option=com_content&task=view

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