El trabajo de Lourdes Duran nos ubica inmediatamente en el contexto del caribe, la espontaneidad del dibujo, la sencillez del signo y la sinceridad del texto definen la obra de Duran, pero también la idiosincrasia del hombre y la mujer del caribe, que siempre se han identificado con estas características y que Duran toma y exalta a través de su trabajo.
Conversaciones de calle, una frase en una esquina, un dato más adelante, “la ultima” o el chisme que es la comidilla del pueblo, la noticia impactante del día, que por la tarde ya se volvió chiste, o la charla del corrillo del parque, son las frases que la artista va recopilando para ir tejiendo historias compuestas de múltiples fragmentos, pero que nos son comunes a todos. Duran es una espía urbana, aunque en el caribe no se necesita esa condición, pues en la calle la vida publica y la privada es la misma, cualquier desconocido te aborda, te habla, te halaga, te critica, se mofa de ti o se te acerca para darte ánimos como tu mejor amigo, es una situación cultural común, donde tu eres parte de una sociedad que no puedes negar y de la cual no es fácil evadirse; el caribe es así y Duran recorre lugares en busca de esas situaciones, para depositar en su libreta de apuntes a manera de una bitácora de vida, todas esas frases, dibujos, paisajes y toda clase de información que nutren su trabajo, y que nos muestra hoy en su propio lenguaje pictórico que nos relata esas historias comunes y corrientes, cargadas de toda la riqueza cultural de nuestra región.
Las historias comunes de Lourdes Duran, nos enfrentan a la idiosincrasia costeña, donde el concepto de privacidad es muy distinto, y nos enfrenta a las historias de los demás, vemos y somos vistos, nos confronta con esa realidad pública que no reconocemos pero que están ahí y son las historias comunes, historias de vida mía, tuya, nuestras y de los demás.
JAVIER MEJIA
Curador Museo Bolivariano
Profesor de Teoría del Arte Universidad del Magdalena
Santa Marta, octubre 8 de 2004.
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