La fotografía como medio de expresión plástica irrumpe en las artes a mediados del siglo XX, si bien conocemos imágenes de fechas anteriores, solo se trata de registros documentales de hechos, personas o lugares, que por razonas históricas, estéticas (un bello paisaje) o testimonial, se procedió a registrar en imágenes fotográficas que hoy en día consideramos obras de arte y hacen parte de colecciones importantes de museos o galerías especializadas en esta técnica.
Pero la fotografía artística a la que hacemos referencia aparece en el mundo del arte como soporte a las vanguardias que necesitan un nuevo medio para documentarse y perdurar el registro de hechos artísticos que por su carácter efímero tienden a desaparecer dejando como único rastro la impresión de la luz sobre un papel cubierto por una película de plata o fotografía que llamamos comúnmente. Man Ray registra sus imágenes surrealistas cuando el Dada esta en pleno auge, y ya entrado el siglo XX con la desmaterialización del arte veremos las imágenes de las acciones de Vito Aconcci y Marina Abramovic, como artistas fotografiados.
Pero trabajos de fotógrafos – artistas será después de la mitad del siglo XX que nos encontremos con verdaderas obras fotográficas donde el artista escoge como único medio la cámara y su proceso químico para expresar su sentimiento plástico, la imagen captada, revelada y plasmada en el papel con amplios valores estéticos se convertirá en obra de arte y ganara su espacio dentro de las artes plásticas, hoy en día este proceso se amplia con las ventajas de la era digital dando paso a la infografía o imagen digital alterada por computador, que genera posibilidades infinitas para los artistas del siglo XXI.
De aquí nace la relevancia del trabajo de Juan Miguel Bonilla Abelló, joven fotógrafo que deja de lado los avances tecnológicos para enfrentar el mundo con su cámara y captar imágenes que nos develan poco a poco su mundo, su entorno urbano - cotidiano que por medio de su Dogma personal que implica la no utilización de tecnología digital, fiel a la cámara manual, la película en blanco y negro y la no intervención de la escena. Le permite captar imágenes espontáneas e instantes únicos que requieren la destreza y el olfato del reportero grafico. Muchos retos para un medio que ofrece muchas facilidades, es ahí donde está el valor del trabajo que hoy se exhibe, pues la obra fotográfica de Juan Miguel se levanta únicamente sobre los pilares de luz y sombra, de estética y encuadre. Imágenes de espacios vacíos donde la no presencia de la figura humana, nos invita a la reflexión o más bien al deleite del espacio, las formas y figuras que el artista a través de su cámara nos presenta como una película detenida (Steel movie) en el espacio y el tiempo. Estas imágenes desoladas algunas, o habitadas las otras por ciudadanos anónimos que cruzan calles y urbes nos muestran la sensibilidad del artista frente a un mundo, que podría ser una gran urbe, una megalópolis donde vivimos muy cerca los unos de los otros pero alejados al mismo tiempo por el anonimato y la indiferencia.
Las fotografías de Juan Miguel Bonilla Abelló, tienen referentes en los trabajos de el fotógrafo – artista Olafur Eliasson (Copenague, Dinamarca. 1967) en su serie “Horizontes y la serie “StreetWorks” del fotógrafo americano Philip-Lorca DiCorcia (1953), lo que nos plantea la seriedad y la contemporaneidad de este fotógrafo samario, que en esta su primera exposición, no solo empieza a dejar huellas sino imágenes de un trabajo honesto y profesional.
Juan Miguel Bonilla Abelló, Nace en Santa Marta es Publicista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, Colombia con especialización en Fotografía en Madrid, España. Además de su trabajo artístico, realiza fotografía comercial y publicitaria.
Curador
Santa Marta, junio de 2004
No hay comentarios:
Publicar un comentario