jueves, 8 de abril de 2010

Convergencias y divergencias en el Museo Bolivariano


Nuestra América andina, es una conjunción de culturas que tienen sus nexos, pero a la vez también inmensas diferencias, a pesar de que los llamados países bolivarianos se encuentran unidos por una historia común, encontramos en sus manifestaciones plásticas convergencias y divergencias que enriquecen ese acervo artístico que recoge el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo en su colección permanente de pintura, escultura y obra grafica. Esta colección, nace en 1986 con la única pretensión de recoger una muestra de la producción artística contemporánea de los países bolivarianos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá), que rindiera tributo al Libertador Simón Bolívar en la Quinta de San Pedro Alejandrino.

La colección del Museo Bolivariano no abarca todo el universo plástico del llamado arte latinoamericano, pero si encontramos aquí ejemplos notables de movimientos y tendencias que van desde aquellos influenciados por el Indigenismo que nace en México y se expande por toda América Latina proclamando nuestra identidad, hasta las corrientes más abstractas que nos llegan con las vanguardias europeas, se establecen en las academias de arte del continente y nos introducirán en la modernidad. Podemos aproximarnos a esta colección de arte tan heterogénea, que aparentemente solo se encuentra unida por ideales y tratados políticos; retomando el mapa cultural de América Latina, ubicando los puntos de unión donde nuestra identidad permite delimitar problemáticas y búsquedas comunes a los artistas plásticos de los países bolivarianos; Recorriendo caminos que nos llevan desde las raíces y toda esa influencia precolombina presente en la obra de artistas como Antonio Grass (n. 1937), y Enrique Tábara (n.1930) que nos recuerdan nuestra herencia ancestral, y que es retomada con más fuerza en la obra de Eduardo Kingman (n.1913), Oswaldo Guayasamín (1919-2000), y Luis Alberto Acuña (n.1904-1988) quienes lideraran los movimientos de pintura indigenista en Ecuador y Colombia respectivamente. Paralela a esta corriente la tradición decimonónica y académica, que se manifiesta en la pintura de género sea retrato, bodegón o paisaje tiene gran presencia en la colección, podemos citar la obra de Gonzalo Ariza (n.1912), quien cultiva el género del paisaje con un manejo acertado de la luz, tradición aprendida de los maestros japoneses durante su estancia en el lejano oriente. El retrato es un tema reiterado en la colección del museo, en este género destacan tres cartageneros importantes Enrique Grau (n.1920-2004), Darío Morales (1944- 1988) y Alfredo Guerrero (n.1936). Grau, mantiene un estilo propio en la ejecución, figuras andróginas de trazos firmes que denotan una dureza en los rostros que caracteriza su producción. Morales por su parte es un dibujante consumado, cultivador del detalle hasta llegar al hiperrealismo, exaltando la feminidad en cada uno de sus trabajos; al igual que Guerrero quien con un preciosismo exquisito define detalles de la forma y la figura femenina. Debemos mencionar también la obra de René Portocarrero (1912-1985) artista cubano que hace evocaciones elegantes de temas propios de la isla y su cotidianidad con gran maestría.

Por ser este museo, Bolivariano, no faltan los retratos de Simón Bolívar que ha sido motivo de inspiración para muchos artistas, quienes nos revelan diferentes facetas del Libertador. Destaca como una de las obras más importantes de la colección el óleo sobre lienzo de Alejandro Obregón (1920-1992) titulado Don Simón en San Pedro Alejandrino, pintado especialmente para este museo en el año de 1986, Obregón retrata al Libertador en sus últimos días, hace una visión del General que no encontró salida a su laberinto y pasa a la eternidad y la gloria en San Pedro Alejandrino. Encontramos otros retratos de Bolívar realizados por Jorge Elías Triana (1921-1998), Gustavo Zalamea, German Tessarollo y Antonio Frio, entre otros.

La pintura de abstracción está representada ampliamente, diferentes tendencias dentro de lo que conocemos como el arte informal se encuentran dentro del acervo del museo. Obras como la de la venezolana Luisa Richter (n.1928) o la colombiana Patricia Tavera (n.1945) donde la materia supera el concepto, el color a la forma y la textura al signo; abren nuevas y amplias posibilidades a la expresión plástica. Un abstraccionismo donde la forma es más sutil con recurrencias a la figuración y la forma está presente en la obra de los peruanos Fernando De Szyszlo (n.1925) y Alberto Dávila (1912-1988). Que unidos a Alfredo y Olga Sinclair (n.1957) de Panamá y los colombianos Manuel Hernández (n.1928) y Carlos Rojas (1933-1982) constituyen un grupo importante de pintores abstractos latinoamericanos, que se han ubicado muy bien dentro del mercado del arte. Por su parte la abstracción geométrica que en Latinoamérica tuvo un gran auge con los constructivistas de la llamada “Escuela del Sur”, dirigida por Joaquín Torres-García (1874-1949), en Uruguay creó un movimiento que se expandió hacia el norte, vemos su influencia la producción de artistas como Jorge Riveros (n. 1934) y Omar Rayo (n.1928) donde la forma geométrica se combina en innumerables permutaciones creando imágenes basadas en los mismos elementos pero siempre diferentes.

No podemos dejar de lado los ismos, de los cuales recibimos pequeños coletazos de esa intensa actividad que estremeció a Europa durante el siglo XX. Y que también podríamos considerar como propia, ya que se desarrolla un movimiento importante en Venezuela con el trabajo de Jesús Rafael Soto (n.1923-2005), Carlos Cruz Diéz (n.1923) y Alejandro Otero (1921-1990), estos dos últimos presentes también en nuestra colección y que trascenderá en la historia del arte como cinetismo.

El regreso fuerte de la figuración después del dominio que tuvo la abstracción, marca el trabajo de Juan Antonio Roda (n.1929) , Armando Villegas (n.1928), Ángel Loochkartt (n.1933), Manuel Chong Neto (n.1927), Brooke Alfaro (n.1949), y Alicia Viteri (n.1946). Estos artistas plantean nuevas visiones acerca de la figura humana y su entorno. Estas lecturas a veces difíciles, se caracterizan por fuertes dosis de expresionismo en el trazo; y la creación de personajes característicos como el Príncipe Prospero de Alicia Viteri o los Congos de Loochkartt que narran historias particulares. Otros artistas figurativos de la colección son Santiago Cárdenas (n.1937), presente con una de sus pizarras. Pedro Alcántara (n. 1942), Augusto Rendón (n.1933) y Humberto Giangrandi (n.1943) estos últimos comprometidos fuertemente con lo social. Maripaz Jaramillo (n.1948), y Regulo Pérez (n.1927) quienes trabajan la deformación de la figura como elemento de expresión plástica.

La colección de esculturas emplazada en los jardines del Museo y en el teatro al aire libre Joaquín de Mier y Benítez, está encabezada por una pieza de Eduardo Ramírez Villamizar (n.1923-2004), titulada “Caracol Caribe”. Villamizar al igual que Edgar Negret (n.1920), muestran en sus construcciones una gran influencia por las culturas precolombinas más específicamente la cultura Inca del Perú, a donde han realizado viajes de estudio y han plasmado sus vivencias en las obras “Manto Emplumado” y “Machu Pichu” de Ramírez Villamizar y Negret respectivamente. La obra de Marina Núñez del Prado (n.1921- 1995), Cóndor y el Ave de Alicia Tafúr (n.1934), nos recrean una fauna escultórica por así llamar a esas formas zoomorfas estilizadas que salen de la mano de estás dos escultoras. Destaca también el trabajo en piedra del peruano Benito Rosas (n.1952), reconocido artista por su manejo acertado de la piedra creando formas con bastante movimiento y textura. Complementan esta colección trabajos de John Castles, Cecilia Ordóñez, Elma Pignalosa y Nelly Sarmiento, entre otros.

El Museo Bolivariano tiene también una colección de obra grafica, fotografía y dibujo que por motivos de conservación se exhibe temporalmente. Conforman esta colección un dibujo en gran formato de David Manzur (n.1929) titulado “homenaje a una pared colonial”. Un desnudo de Alfredo Guerrero. Dos proyectos para un mural de Álvaro Barrios (n.1945) con su estilo propio influenciado por el pop art y el comic. Además de obras de Cesar Bravomalo y Alejandro Otero entre otros. En las diferentes técnicas de grabado encontramos obra de Juan Cárdenas (n.1939), Teresa Cuellar conocida como Teye, Alicia Viteri y Minerva López. La acuarela que ha sido una de las preocupaciones del museo también hace parte de nuestro acervo, encontramos trabajos del cubano Roberto Fabelo (n.1950), del maestro mexicano Alfredo Guati Rojo (1918-2006) y entre los colombianos obras de Luis Paz (n.1937), Zarita Abello, Ricardo Escobar y Roberto Angulo. La colección de fotografía y reúne la obra de los colombianos Luis Guillermo Martínez, Mónika Herran, Pakiko Ordóñez y Fernell Franco, entre otros

Javier Mejia
Curador
Santa Marta, julio de 2001

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